RESEÑA: El Juego del Calamar (Squid Game)

En esta era de binge-watching y plataformas digitales cada vez es más difícil encontrarse con un producto que todo mundo esté viendo al mismo tiempo. Simplemente en los últimos meses se estrenaron en México las plataformas Star+ y HBO Max, cada una con un extenso catálogo y sumándose a la infinidad de propuestas que ofrecen las ya existentes como Netflix, Paramount+, Amazon Prime Video entre muchas muchas otras.

Por este motivo nos sorprende tanto que a tan solo unos pocos días de su estreno, al parecer el mundo entero está hablando de la misma serie, más aún si se trata de una serie coreana. Pero así fue, en los últimos días el internet se llenó de memes, comentarios, y spoilers haciendo alusión a lo que es la serie número uno de Netflix en todo el mundo. No, no estamos hablando de “Yo Soy Betty, La Fea”, estamos hablando de la serie coreana “El Juego del Calamar”.

Advertencia: Una de las mejores maneras de disfrutar esta serie es no teniendo conocimiento alguno de la trama, para que te vaya sorprendiendo poco a poco. En este artículo no revelaremos más que la premisa inicial, la cual se descubre en los primeros minutos del primer episodio, pero si no quieres saber absolutamente nada de la serie te recomendamos que, si no lo has hecho, corras a ver el primer capítulo de la serie antes de seguir leyendo. Eso sí, prepárate para ver un producto violento y perturbador, pero sumamente adictivo y sorprendente.

“El Juego del Calamar” inicia su capítulo uno presentándonos la historia de Seong Gi-hun (Lee Jung-jae), un adulto que aún vive con su madre de avanzada edad, la cual trabaja para mantenerlo a él. Poco a poco descubrimos que Seong es un apostador que debe una gran cantidad de dinero a mucha gente, y que tiene muy pocos escrúpulos. Simplemente en los primeros minutos de la serie se roba la tarjeta de su madre para sacar dinero y seguir apostando, y en el cumpleaños de su hija pequeña le obsequia un encendedor en forma de pistola, siendo esto lo único que pudo obtener de la máquina expendedora donde introdujo las últimas monedas que le quedaban.

Está tan desesperado por conseguir dinero que acepta la propuesta de un desconocido que se le acerca en una estación de tren a ofrecerle la oportunidad de ganar una gran cantidad de dinero por participar en un extraño juego. Acto seguido, se sube a una camioneta dentro de la cual lo desmayan utilizando gas somnífero y despierta en un dormitorio con cientos de personas más, a los cuales a través de un altavoz les explican las reglas del juego en el que están por participar, una bizarra combinación de juegos infantiles con consecuencias violentas, algo así como “En Familia con Chabelo” cruzado con “Saw”.

En realidad lo perturbador de la serie no es tanto lo gráfico de la violencia representada en pantalla, (peores cosas hemos visto en series como “Game of Thrones” y “American Horror Story”) si no el contexto. Al contraponer elementos infantiles y coloridos con escenas inesperadas de violencia abrupta, los creadores de la serie juegan con las expectativas de la audiencia que no estaba preparada para lo que está viendo en pantalla.

Con elementos que recuerdan a “Black Mirror” y a la también coreana “Parásitos”, una historia adictiva, excelente manejo de música, sets espectaculares, y excelentes actuaciones, “El Juego del Calamar” es una propuesta innovadora que te tendrá fascinado y perturbado en partes iguales, pero pegado al televisor por la duración de sus 9 episodios, siempre y cuando tengas el estómago para soportarlo.

Una buena recomendación sería dosificar el consumo de sus capítulos y controlar el instinto de poner uno tras otro, tal vez alternándolos con un capítulo de la serie que consideres “comfort food” (en mi caso es “Modern Family”) para contrarrestar sus efectos. Pero si quieres formar parte de la conversación y sorprenderte con un producto diferente, definitivamente no te puedes perder esta serie que tiene Todo Que Ver.