RESEÑA: Nine Perfect Strangers (SIN SPOILERS)

Cuando una fórmula te funciona, lo más lógico es que la sigas repitiendo una y otra vez. Es por eso que en la nueva serie de Amazon Prime “Nine Perfect Strangers” la mancuerna conformada por la actriz Nicole Kidman y el escritor David E. Kelley repiten la receta que tanto les funcionó en 2017 con “Big Little Lies”.  En la escena inicial del primer capítulo vemos un acercamiento de cámara a una licuadora mientras alguien deposita varios ingredientes para preparar un licuado. De la misma manera, esta dupla de actriz-escritor mezclaron en esta nueva serie los ingredientes que tanto les funcionaron en la exitosa serie de HBO.

Estos ingredientes son: a) una historia que retrata el lado oscuro de la vida de los ultra millonarios, b) un formato miniserie de pocos capítulos c) una historia basada en una novela de la exitosa autora Liane Moriarty,  d) un escenario idílico, y e) un reparto de estrellas de cine de primer nivel que pocas veces participan en televisión. 

En su colaboración anterior, “The Undoing” de HBO, ya habían intentado jugar con la receta y cambiar uno de los ingredientes. En lugar de utilizar como base para su historia una novela de Moriarty, adaptaron el libro de Jean Hanff Korelitz del mismo nombre, y los resultados fueron mixtos. Mientras que durante el transcurso de los capítulos la serie nos mantuvo pegados al televisor tratando de resolver el misterio del crimen principal de la historia, la tensión se fue disipando en los últimos episodios hasta culminar en lo que para muchos fue un final predecible y anticlimático.

En esta ocasión regresan con una adaptación de otra novela de Liane Moriarty, y no escatimaron en el presupuesto de los ingredientes que metieron a la licuadora y el resultado final es uno de los repartos más impresionantes que hemos visto en televisión los últimos años. Con figuras como Melissa McCarthy (Bridesmaids), Michael Shannon (Animales Nocturnos), Luke Evans (The Hobbit) y Bobby Cannavale (The Irishman) entre muchos otros, cada uno de estos actores tiene un estilo muy definido y particular, el cual es explotado a su máximo potencial. El problema es que, al igual que en un licuado, aunque los ingredientes por sì solos sean de primera calidad, a veces no combinan entre sí, y el resultado final no siempre es mayor a la suma de sus partes. En ocasiones sentimos que cada actor está en una serie distinta, que toma lugar en universos diferentes. Cada que pasamos de la historia de uno a otro de los inquilinos del centro, sentimos que cambiamos abruptamente del género de la serie que estamos viendo.

La premisa principal de la serie es que los nueve personajes principales ingresan a un centro de bienestar emocional para millonarios, llamado “Tranquillum” cada uno con una problemática distinta la cual los ha orillado a buscar mejorarse pero no todo es lo que parece, ni con los internos ni con los trabajadores del centro, ya que cada uno de los personajes tiene un secreto que esconder.

Los personajes de Melissa McCarthy y Bobby Cannavale (Tony y Frances) están instalados en comedia romántica. Ella es una autora famosa que entra en crisis al ser víctima de un fraude cibernético y él un ex futbolista que después de una lesión tiene que olvidarse de la fama. Desde su primer encuentro este par se la pasa discutiendo, pero como en cualquier rom-com de los 90’s protagonizada por Julia Roberts o Sandra Bullock, es evidente que van a terminar juntos.

Por el contrario, la historia de la familia Marconi está sacada de un dramón familiar trágico. Conformada por los papas León (Michael Shannon) y Heather (Asher Keddie) y su hija adolescente Zoe (Grace Van Patten), los tres llegan al centro tratando de superar la crisis que les provocó la muerte de su otro hijo. Todas sus escenas, y sobre todo la depresión del personaje de Keddie no entona con el resto de las historias.

Ben y Jessica (Melvin Gregg y Samara Weaving) están instalados en una sátira de los ricos y famosos. Él se hizo millonario gracias a que ganó la lotería, y ella es una influencer obsesionada con su teléfono y sus seguidores. Antes de ingresar al centro de bienestar emocional entran en crisis en su pareja y llegan  a “Tranquiluum” con la esperanza de que les ayude a solucionar sus problemas maritales. Cabe resaltar el trabajo de Weaving que está irreconocible con un personaje que podría ser una de las Kardashians, desde su tracksuit Fendi, sus gestos y ademanes, hasta la transformación física que le hicieron, con rellenos en el cuerpo, dientes falsos y maquillaje y trucos para hacerla lucir labios voluminosos y una frente que ha tenido más de una dotación de botox.

En el tono más extremo de todos está el personaje de Masha Dmitrichenko, interpretado por Nicole Kidman como nunca antes la habíamos visto. Una mujer rusa que radica en los EEUU, que deja atrás su pasado como ejecutiva exitosa después de sufrir un ataque a mano armada en misteriosas circunstancias durante el cual pierde la vida por unos segundos. A raíz de este evento decide dar un giro radical a su vida y abre el centro de bienestar emocional, prometiendo a los internos que les abrirá el camino a la espiritualidad, pero ¿a qué costo?

En su personificación, Kidman camina la delgada línea entre gurú espiritual y maquiavélica líder de un culto (y quién mejor para interpretarla que Nicole Kidman, que estuvo casada con Tom Cruise cuando él empezó con todo el tema de la Cienciología). Con un look que parece cosplay de Galadriel de “El Señor de los Anillos” y un acento ruso de villano de una película ochentera de James Bond, Kidman hace su aparición a la mitad del primer capítulo después de mucha expectativa. Por momentos su personificación puede rayar en la sobreactuación, pero nunca pierde su aire de magnetismo.

Una de las incógnitas de la serie es porque estos nueve extraños no saldrían corriendo del centro sobre todo al ver los métodos poco convencionales que utiliza Masha en ellos, los cuales incluyen ayuno obligado por más de once horas, una revisión de su equipaje y un ejercicio en el cual tienen que cavar su propia tumba (literalmente) y acostarse en ella. Nuestras dudas se ven despejadas un poco con la introducción del personaje de Kidman, cuya interpretación es lo suficientemente intrigante y enigmática que nos hace entender la influencia que tiene sobre ellos, ya que a nosotros como audiencia nos pasa lo mismo. Aunque la serie no acaba de cuajar, su personaje nos intriga lo suficiente como para engancharnos y seguir viendo los capítulos para descifrar qué hay detrás de todo.

En sí la receta tiene suficientes elementos para atraparnos, aunque no embonen del todo en los primeros tres capítulos que se estrenaron el pasado 20 de agosto. No nos queda más que esperar los cinco restantes los cuales se estrenarán semanalmente a través de Amazon Prime durante las próximas semanas para descubrir si valió la pena.