Durante las últimas cinco semanas, HBO ha estrenado la tercera temporada de su aclamada serie The White Lotus, creada, escrita y dirigida por el reconocido Mike White. Con su estilo característico, White nos ha presentado nuevos personajes y ha reintroducido caras conocidas para los fanáticos de la serie, todo con una atención minuciosa a los detalles.
Esta temporada se desarrolla en Tailandia, donde el lujo de un centro de bienestar se fusiona con el misticismo de la cultura local. Es en este escenario donde los fanáticos han esperado ansiosamente el inicio del caos.
Sería un buen momento para advertir que, si no has visto el quinto capítulo de la serie, mejor deja de leer. No querrás arruinar lo que ocurrió bajo la luna llena, entre el exceso, el misterio y un guion que logra cambiar todas las dinámicas de poder en la historia.
El viaje de tres amigas

Primero, tenemos a un grupo de amigas de la preparatoria que han viajado juntas: Kate, Laurie y Jaclyn. Kate es ama de casa en Texas, Laurie es abogada en Nueva York y Jaclyn es una reconocida actriz de Hollywood. Durante los episodios anteriores, hemos visto cómo mantienen una rutina nostálgica, recordando su juventud y, en ocasiones, hablando a espaldas de la que no esté presente en la habitación.
En este capítulo, deciden dejar de lado sus diferencias y disfrutar de Tailandia. En compañía de Valentín, un trabajador del hotel de origen ruso, y sus amigos, experimentan la sensación de volver a ser jóvenes.
Kate, la más sobria del grupo, es consciente de lo descontrolada que puede volverse la noche e intenta convencer a sus amigas de regresar al hotel. Al principio, ellas se niegan, pero tras una ronda de shots, vuelven a la pista de baile. Laurie se siente libre y sin presiones, pero Jaclyn batalla más contra sí misma. Mientras Valentín y un amigo bailan a cada lado de Jaclyn, ella no puede evitar notar a tres jóvenes tailandesas que la observan y murmuran. En un intento de reafirmar su presencia, Jaclyn decide hacer un espectáculo al más puro estilo hollywoodense.
Las horas pasan y las amigas finalmente regresan al hotel. Kate suspira aliviada, hasta que se da cuenta de que también han llegado Valentín y sus amigos. Como buen espectador, uno podría pensar que Laurie, a quien llevan cuatro capítulos emparejando con Valentín, tendría un momento con él, pero solo se queda en un coqueteo sutil en la alberca.
La paz dura hasta altas horas de la madrugada, cuando los rusos se marchan y las amigas se van a dormir. Pobre Laurie, nunca imaginó que Jaclyn no dormiría sola. Más tarde, entrelazada con Valentín, quien regresó en la noche, se encierra en su cuarto. Ahí se detiene la historia de ellas tres, al menos por este capítulo.
Victoria Ratliff y el colapso familiar

Otro personaje clave de la temporada es Victoria Ratliff, quien ha volado con su familia sobre el Polo Norte para llegar al The White Lotus y disfrutar de masajes, Lorazepam y la compañía de su tradicional familia cristiana. Sin embargo, su estancia ha sido complicada desde que le robaron sus pastillas, lo que ha impedido que disfrute del todo el viaje. La gota que derrama el vaso es su hija, Piper, quien anuncia que, al terminar la universidad, planea unirse a un templo budista durante un año para conectar con su espiritualidad, lejos de su familia sureña estadounidense.
Victoria no puede creerlo. Después de tantos años invertidos en su educación, su hija primero les miente para viajar hasta el Pacífico cuando claramente pudieron haber ido al Caribe de vacaciones, y ahora les dice que quiere abandonarlos para vivir en un monasterio. Le preocupa, pero no tanto como lo que dirán sus conocidos en el country club cuando se enteren de la decisión de Piper.
En una de las discusiones más cómicas de las tres temporadas, Piper se mantiene firme en su decisión, mientras Victoria teme que su hija se una a una secta y le ocurran cosas atroces. Pero ¿puede llamarse secta si está dirigida por un monje que ha escrito libros famosos? Bueno, Bill Clinton también ha escrito libros, al igual que Hillary, quien ha publicado cinco. Así que, según Victoria, Piper sabe lo que hace… ¿o no?
Derrotada y temiendo que su hija termine viviendo en Taiwán, Victoria se retira sin más que decir. Toma la botella de vino que ha abierto y se dispone a beber, ya que sin Lorazepam, necesita alcohol para relajarse. O al menos eso dice ella.
Mientras tanto, la familia Ratliff se divide. Mientras Victoria y Piper discuten frente a Tim, el esposo de Victoria, los hermanos Saxton y Lochlan Ratliff son invitados a un yate rumbo a las fiestas de la luna llena en un pueblo cercano. Allí, en compañía de Chloe y Chelsea, dos amigas que conocieron hace unos días, los cuatro se preparan para una noche alegre.
El caos de la luna llena

Saxton se nos ha presentado como el arquetipo del macho alfa: seguro de sí mismo, disciplinado con el ejercicio y la alimentación, y obsesionado con la aprobación de su padre en la empresa familiar. Cuando no persigue ese reconocimiento, coquetea con cualquier mujer que conozca y, si ella no está interesada, persiste.
Chelsea, quien ha viajado con su atormentado novio Rick, ha evitado a Saxton desde el principio. Sin embargo, Chloe, su amiga con un novio millonario, se siente más libre. En la fiesta, Chloe ofrece éxtasis y cervezas. Saxton se rehúsa a tomar drogas, pero su hermano Lochlan es el primero en probarlas. Chloe y Chelsea lo siguen y, bajo la presión de su hermano menor, Saxton hace lo impensable: cede.
Bajo los efectos del éxtasis y el alcohol, Chloe le confiesa a Chelsea que le gusta Lochlan. Chelsea, aunque melancólica, se mantiene firme en su lealtad a Rick. Entre risas y retos, Chloe besa a Chelsea, lo que genera risas. Luego, Lochlan besa a Chloe. Pero la sorpresa llega cuando, en un giro inesperado, Lochlan toma a su hermano de la nuca y lo besa. Chelsea y Chloe estallan en carcajadas, incapaces de creer lo que acaban de ver.
Algo cambia en ese momento: el tímido Lochlan ya no lo es, y el seguro de sí mismo Saxton se desmorona. Mientras Piper medita y Victoria duerme, Tim, el esposo de Victoria, escribe una nota de despedida a su familia, preparándose para la tormenta que se avecina.
En la otra punta del país

Lejos de todo esto, Rick, el novio de Chelsea, está en Bangkok reencontrándose con su viejo amigo Frank, interpretado por Sam Rockwell. Sentados en un bar, Rick bebe su trago mientras Frank toma té. Las fiestas y el alcohol han quedado atrás para Frank, quien ha encontrado paz en el budismo. Rick, atrapado en sus demonios, no sabe cómo reaccionar ante su amigo, quien le habla de su despertar espiritual y su autodescubrimiento. En menos de diez minutos, Rick es bombardeado con información que no sabe cómo procesar.
El mejor episodio de la temporada

Como buen quinto capítulo de The White Lotus, Mike White revela lo que hay bajo la superficie de cada personaje. Todo está en los detalles: lo que se dice, lo que se hace y lo que se omite. Lo que antes parecía seguro, ahora está patas arriba.
En redes como X y TikTok, los fanáticos han reaccionado al episodio y han formulado nuevas teorías sobre lo que ocurrirá en los últimos tres capítulos. ¿Qué pasará? Nadie lo sabe, pero lo único seguro es que las dinámicas de poder han cambiado, y las conciencias atormentadas comienzan a pesar.
Tal vez, para la próxima luna llena, lo mejor sea quedarse en el restaurante del White Lotus y ver a Mook realizar una danza tradicional tailandesa. Así, los problemas quedarían de lado… bueno, excepto para Gaitok, el encargado de seguridad.