Spoiler Alert: Todo Que Ver con Spiderman: Sin Camino a Casa (Reseña)

Es imposible hablar de “Spiderman: Sin Camino A Casa” sin spoilers. Uno de los principales atractivos del filme, motivo de mucha especulación incluso desde antes que se estrenaran los primeros avances del mismo, era saber que personajes de las franquicias anteriores aparecen en esta entrega. Por tal motivo, aunque trataré de revelar lo menos posible, esta reseña tendrá uno que otro spoiler, así que si no quieres saber absolutamente nada y no has visto el filme te recomendamos que corras a verla antes de leer este artículo.

Todo Que Ver con Spiderman: Sin Camino A Casa

“Spiderman: Sin Camino A Casa” ha batido récords al ser la tercera película más taquillera en su primer fin de semana a nivel mundial en la historia. Esto es un logro de proporciones inimaginables, más si consideramos que se estrenó en esta época actual donde todos pensamos dos veces antes de acudir a una sala cinematográfica. 

Un filme a gran escala, el cual pretende unir casi dos décadas de intentos por llevar a las salas de cine la figura de “tu amigable vecino El Hombre Araña”, incluidas las versiones interpretadas por Tobey Maguire y Andrew Garfield, así como a los icónicos villanos a los que se enfrentaron en sus distintas presentaciones.  

En una jugada muy inteligente por parte de Marvel, al ver que se empieza a agotar un poco la novedad de mezclar a los superhéroes de su misma franquicia, en esta ocasión ha decidido experimentar con estas versiones que se han producido a través de los años que Sony Pictures ha mantenido los derechos cinematográficos del personaje.

Cada una de estas versiones tiene su atractivo. La trilogía original, protagonizada por Maguire y dirigida por Sam Reimi es considerada por la mayoría de los fans como la versión definitiva de Spiderman, a pesar del nivel de los efectos especiales que está muy por debajo de lo que se produce actualmente gracias a los avances de la tecnología. 

Las interpretaciones de actores de la talla del ganador del Oscar Willem Dafoe como el Duende Verde, y el prestigioso actor de Broadway Alfred Molina en su papel del Doctor Octopus, elevaron el material de los guiones con un estilo melodramático, un poco caricaturesco pero increíblemente disfrutable y muy difícil de olvidar.

La excusa para incluir a los personajes de dichas películas en esta entrega se explica en el guión de una manera un poco simplista, y sobre la cual no es conveniente ahondar mucho en su lógica si queremos disfrutar el filme. La versión de Peter Parker actual (Tom Holland) acude al Dr. Strange (Benedict Cumberbatch) para que con un hechizo le ayude a revertir el daño que ha ocasionado la revelación de su identidad, pero su plan se sale de control cuando el hechizo empieza a atraer a las distintas versiones de Peter Parker de otros universos.

Esta estrategia puede ser calificada simplemente como una excusa para monetizar el fervor de los apasionados fans de la trayectoria de las distintas iteraciones de la franquicia, pero en realidad es difícil culpar al filme cuando dicho “fan service” es ejecutado impecablemente. Lo que eleva el filme más allá de una colección de cameos, easter eggs y guiños a las versiones anteriores, es el centro emocional de la historia. 

Cuando aparecen en la película las versiones de Spiderman interpretadas por Maguire y Garfield, no solo lo hacen para apoyar al Peter Parker de la versión actual, sino que ellos mismos también tienen un arco de redención dentro de la historia. Al tenerlos juntos a los tres, el filme logra profundizar acerca de la razón de la existencia de superhéroes como “Spiderman” y encuentra un tema en común. Cada uno de los Peter Parkers, en algún punto de su historia, ha lidiado con una pérdida profunda, y sólo al enfrentarse a su duelo logran encontrar dentro de ellos mismos el poder para hacer del mundo un mejor lugar.

Durante el clímax del filme, en un momento que no debe sorprender a nadie que esté aunque sea vagamente familiarizado con la historia del “Hombre Araña”, es mencionada la ya icónica frase “todo gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Dicha responsabilidad es triplicada para los realizadores de esta entrega, ya que se suma el poder de las expectativas de los fans y la carga nostálgica después de dos décadas desde que se estrenó la primera versión cinematográfica del personaje. Considerando la difícil tarea a la que se enfrentó la película incluso antes de estrenarse, podemos considerar que la misión se cumplió con éxito.